12 Barris

Inauguran un nuevo CSO en la fábrica abandonada Albert Germans en Sant Josep

El ayuntamiento de l’Hospitalet pide su desalojo inmediato y anuncia que quiere ceder este equipamiento a Renfe durante 40 años y abrir la zona verde a las vecinas.
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Todo pasó en agosto. Ese mes donde parece que nunca pasa nada, pero que suele ser el mejor camuflaje para tomar decisiones importantes y polémicas en política. A mediados de agosto, un grupo de personas abrió la fábrica Albert Germans, propiedad municipal desde el año 2016, cerrada y sin uso desde el año 2007. Un recinto incluido en el catálogo de patrimonio local, obra de los hermanos Puig i Garalt de 1926 y que está ubicado en la calle Rodés, en el barrio de Sant Josep. 

En agosto, igualmente, una junta de gobierno local extraordinaria del ayuntamiento de l’Hospitalet, celebrada el día 4, aprobó, inicialmente, los pliegos de condiciones para la cesión demanial de esta finca a Renfe. Una cesión por 40 años, que el consistorio valora en 7.728.000 euros, por la cual Renfe pagaría un canon anual de 275.000 euros, de los que puede desgravarse más de 6 millones si acredita obras de mejora por este valor y podrá comenzar a pagar dentro de 6 años. Los pliegos se encuentran actualmente en fase de alegaciones hasta el próximo 28 de septiembre.

En agosto, un grupo de jóvenes, totalmente ajenos a esta decisión municipal, como ya avanzamos, decidieron dar el paso de abrir este espacio, disputarlo en los tribunales, y ofrecerlo, bajo su filosofía libertaria, a los movimientos sociales y a las vecinas del barrio como CSO, un Centro Social Ocupado, llamado Nabat 3. 

“Un espacio donde poder realizar todo tipo de actividades”, explica a Districte7 alguno de los miembros del colectivo. “Nos imaginamos que aquí se puede hacer una tienda gratis de intercambio de ropa, herramientas, libros… también un gimnasio, un local para hacer asambleas, un local de ensayo aprovechando salas que están insonorizadas… Todo lo que se quiera se puede hacer aquí, es enorme y el edificio está bien conservado a pesar del abandono”, explica uno de los impulsores de Nabat 3.

Tienda gratis de ropa y zapatos puesta en marcha en el CSO Nabat 3 para intercambios

Hace un par de semanas, este grupo promotor comenzó a presentar el proyecto a colectivos y vecinas organizadas de l’Hospitalet. Lo han hecho mientras esperan la resolución judicial que, según explican, en un primer momento parece serles favorable. El ayuntamiento presentó una demanda de desalojo cautelar inmediato ante los juzgados, pero en una vista rápida, la jueza y fiscalía decidieron que, después de tantos años de abandono y sin uso, no creían pertinente forzar el desalojo cautelar. Esta decisión ha sido recurrida por los servicios jurídicos del ayuntamiento y ahora están pendientes de la resolución final, según explican portavoces de Nabat3.  

Por otro lado, el boca oreja y las redes sociales han sido suficiente para hacer correr la voz sobre este nuevo CSO en la ciudad. Son muchas las personas que han ido a visitar este patrimonio industrial, tanto durante las jornadas diarias de limpieza y aclimatación del espacio, como en la jornada de puertas abiertas celebrada el pasado sábado 10 de septiembre. 

Apoyo de los movimientos sociales

“En l’Hospitalet estamos tan faltos de espacios comunitarios y zonas verdes que esta oportunidad de crear un centro social abierto a la participación, en un edificio que es patrimonio, ahora nos interpela y nos afecta a todas”, cuenta una de las portavoces de No Més Blocs, colectivo que junto a otros como Stop Massificació Cosme Toda, Espai Vallparda, la CNT o el Sindicat de Llogateres ya ha dado apoyo al proyecto. 

Algunas de sus activistas ya han desarrollado reuniones y asambleas en el espacio. Otras se han unido a los grupos de trabajo, como el de jardín y huerto, que está desbrozando, cada domingo por la mañana, una zona verde de 1.700 metros cuadrados donde quieren cultivar un huerto urbano y cuidar la vegetación existente, que incluye una gran palmera y un gran limonero, entre otros muchos árboles.  

“Es enorme”. “Y esto estaba aquí en medio de todo y ni lo sabíamos”. “Con la falta que hacen parques en el barrio y esta zona verde aquí cerrada”. “Hay sitio para hacer cosas con las criaturas y las señoras mayores podrían poner un estudio de pintura o costura”. Estos son algunos de los comentarios que se pudieron escuchar a las sorprendidas vecinas durante la jornada de puertas abiertas.

El interior de la fábrica conserva el encanto de las factorías textiles de antaño. Las estanterías de madera donde se clasificaban las cintas, lazos, tejidos que aquí se confeccionaban, resisten al tiempo. La oficina de recepción conserva su mostrador y en el patio se pueden ver los antiguos vestuarios y un taller de mantenimiento, que incluye un foso para la reparación de vehículos.

María, vecina de la calle y de unos 70 años, entra con mucho escepticismo invitada a conocer la fábrica. Le puede la curiosidad. Se le nota cierto miedo o prudencia y arruga el morro cuando oye que ahí se ha entrado sin permiso. Pero cuando sale, veinte minutos después, está encantada con la idea de que aquello se pueda usar para actividades “¿gratis? “¿Actividades gratis?” insiste incrédula. “Una vez nos trajeron a ver el edificio con algo de patrimonio del ayuntamiento”, explica María, “pero sólo lo pudimos ver por fuera” y añade: “Nunca imaginé que todo esto fuera tan grande y estuviera tan bien por dentro. Si se hace algo como decís, sería muy bueno para todo el mundo”, concluye ante la explicación de la utopía comunitaria de este espacio que aspira en convertirse en una especie de Can Batlló para l’Hospitalet. 

¿Por qué quiere el ayuntamiento un centro de formación de Renfe?

Frente a la propuesta del CSO Nabat 3, el ayuntamiento de l’Hospitalet tiene su propio proyecto para esta enorme parcela y sus 2.800 metros construidos muy cerca de La Farga. El equipo de gobierno de Núria Marín ha anunciado que quiere firmar un convenio con Renfe por el cual le cede el uso y amortización de la finca a la empresa ferroviaria durante los próximos 40 años. El requisito imprescindible es que parte de la actividad que haga Renfe allí sea un centro de formación. También, el pago de un canon anual (275.000 euros) que puede ser desgravable o bonificado con las inversiones en obras de mejora sobre el patrimonio y los edificios, hasta una cantidad de 6 millones de euros. 

La propuesta de que Renfe vaya a hacer un centro de formación se explica porque el 4 de julio de 2017 el ayuntamiento de l’Hospitalet aprobó un cambio de usos urbanísticos para esta parcela con un “Plan especial urbanístico de desarrollo de mutación de tipo docente de un equipamiento ubicado a la antigua fábrica textil Albert Germans, en la calle Rodés, 46-58”. Esto significa que, en este edificio, solo se puede ubicar un equipamiento público de carácter o actividad docente. 

Esta modificación urbanística se hizo porque, según anunciaron responsables municipales en el año 2017, se quería instalar aquí la Escuela de Nuevas Tecnologías Interactivas (ENTI), un centro adscrito a la Universidad de Barcelona. Un proyecto que el tiempo y los últimos anuncios municipales han confirmado que no se llevará a cabo.  

Pero, no obstante esta clave urbanística, los pliegos de la concesión demanial a Renfe incluyen un artículo que dice: “Sin perjuicio de la concesión otorgada, el Ayuntamiento procederá de forma inmediata a la modificación de los instrumentos de planeamiento correspondientes para incluir cualquiera de los usos permitidos por el Plan General Metropolitano en los equipamientos comunitarios que permita la utilización del edificio como oficinas (entre ellos, el uso técnico-administrativo para servicios de la Administración Pública y otros de interés público) que permitan la implantación de usos terciarios en el edificio objeto de la concesión, que serán tramitados conforme dispone la legislación urbanística de aplicación”. Del mismo modo se añade que “ el Ayuntamiento procederá a reconocer la actividad de RENFE-Operadora E.P.E en el municipio como de interés público municipal”. 

Se intuye, por tanto, que Renfe podrá ubicar en este edificio otras actividades como oficinas propias, además del mencionado centro de formación. 

Derrumbe y reconstrucción de la fachada norte

El ayuntamiento de l’Hospitalet de Llobregat ha asegurado en nota de prensa que la zona verde estará abierta al público como un jardín urbano. A esta zona se podría acceder por un pasaje actualmente cortado al tránsito.

En los pliegos de concesión a Renfe se señala que el acuerdo incluye “el derribo de las edificaciones no catalogadas adosadas al edificio”. Concretamente, se detalla el edificio de las oficinas, el porche y la portería del edificio colindante. Según el documento publicado en el boletín oficial de la Diputación de Barcelona, este derribo “es imprescindible tanto para la ejecución de la rehabilitación del edificio Albert Germans, como para la obra nueva del edificio de viviendas a construir en la calle Rodés núm. 60”.

Es decir, está previsto que una parte de todo el conjunto sea un edificio de viviendas y que para su construcción se reconfigure la entrada existente. Estas obras de derribo – sobre la fracción de las oficinas-  según los propios pliegos “requerirá la reconstrucción de la fachada norte del edificio, conforme el proyecto original de la fábrica y de acuerdo con los servicios técnicos y de patrimonio cultural municipales”.

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